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sábado, 1 de marzo de 2008

Micro de apuestas

Voy tan atrasado y este mimo tiene puesto este semáforo en rojo y en la mitad de la calle, pero ¿por qué la gente no avanza? Será mejor que me baje y vea qué está sucediendo. No comprendo. ¿Quién fue el genio que instaló al fin escaleras de globos? Sí, lo mejor será irme en uno de estos taxis, lo raro es que son pegajosos, dulces.

Me sorprende que luzcan así los taxis ¿qué es esto? ¿Un autobús?

-: “Lo siento caballero, esta es una micro de apuestas”- Me exclaman

Entonces déjeme aquí por favor, dije tranquilo.

- : “Quienes cree que somos. Le reitero, “Micro de apuestas”, la única manera de bajar será apostando”

En ese momento me puse nervioso, ¿Qué podía apostar? No era mucho lo que podía pensar.

-: “¿Hasta cuando los tacos serán así?”- Preguntaba enfadado el chofer del autobús – “¿De dónde eres? – Me preguntó

De Wisconsin, del sur de wisconsin.

-“De Wisconsin… pero ¿Qué es lo que paró el tránsito?, ya sé, debe ser uno de estos nuevos trenes rojos, siempre se detienen en la calle”

Era mi oportunidad, yo sabía que era un mimo que había puesto un semáforo en rojo en medio de la calle. ¿Apostaba?

-“Yo sé que no es un tren” – Dije; entonces lancé una carta triangular encima de una mesa redonda desafiando al chofer y gritándole: “Apuesto que no”

El chofer, algo molesto me dijo: “Y ¿Qué me apuestas?”

-“El bajarme de esto” – Le respondí

-“Si la carta muestra agua es que has ganado; de lo contrario seré yo el que baje y tu serás el chofer hasta que le ganes a alguien que suba ¿Entendido?”- Me explicó

Los segundos pasaban, lentamente pero pasaban y la carta se alteró un poco, mostraba estar enojada, indignada y comenzó a llorar.

No comprendía aún el juego… ¿Y si lloraba?, pues me alegré: Lágrimas, agua, triunfo. Esa fue mi asociación y mientras las puertas del bus se abrían e iba bajando, alguien me interrumpió diciendo: “Sería bueno que despertaras”.

(Cuento escrito editado y publicado por seba-ediciones 2008)