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lunes, 30 de julio de 2007

Cometa Halley

Nació en el día en que el mundo lo vio
estudió en su vida cómo pasó
creció sabiendo que no lo vio
vivió creyendo que un día yo
diría riendo…ya no pasó
con muchas ganas él lo esperó
pues murió en el día en que el mundo lo vio

(Escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2007)

sábado, 21 de julio de 2007

En el camino las recogí

Las sacó de su bolsillo izquierdo lanzándolas al suelo, bordeando la cuneta a punto de caerse a un agujero. No quería quedarse con monedas de poco valor. Detrás de ella venía un joven, distraído y mirando hacia el suelo. Ve que las lanzó sin mucha importancia por lo que atinó a recogerlas y dijo: “¡Que bien, son de buena suerte!”
Pero todo dependía de la suerte que traían.
Nunca se imaginó que singular acto podía ser el inicio de un sinnúmero de ocurrencias un tanto fuera de lo normal.
Trataba de buscar el por qué de su cambio de actitud, su personalidad más sensible y sus constantes invitaciones de hombres.

-“Soy un chico, no debería estar sucediendo esto”- dijo muy angustiado tras no entender la explicación de estas situaciones.

Por más esfuerzo que hizo no logró acordarse de qué había hecho. Su semblante estaba cansado.
Decidió recorrer todos los lugares por los que anduvo. Caminó, caminó hasta que algo recordó. Una imagen se le vino a la mente: “¡Que bien, son de buena suerte!”.

En ese momento entendió que había adquirido cierta suerte de la antigua dueña de las monedas.
Determinó que lo mejor sería buscar esas monedas y lanzarlas, pero debía lanzarlas desde su bolsillo izquierdo en aquel mismo lugar.
Lo pensó mucho y así fue; se encontraba lanzando aquellas monedas desde su bolsillo izquierdo en el mismo lugar en el que las encontró.

Sin embargo, nunca pensó que al lanzar esas monedas se iría de él su suerte.
Llegó más tranquilo a casa. No entendía ese sentimiento de soledad que lo acechaba.
Pensó por un momento en ir a recoger nuevamente esas monedas pero, luego pensó en lo que eso implicaría.

Una gran idea tuvo en ese momento: “iré a buscar esas monedas, las lanzaré en otra posición y esperaré que 10 hombres las pisen, de esa manera la suerte será masculina y las monedas me corresponderán”
Así lo hizo. Este chico aparentemente sin suerte esperó que 10 hombres las pisaran, pero solo pasaban mujeres. Luego recordó que “no tenía suerte” pero quizás si él las pisaba…Podría, tal vez invertirse la situación en la que se encontraba.

Segundos después y antes de que él comenzara a pisarlas una chica lo quedó mirando y le dice: “¡Hey!, tu eres…tu eres el chico del otro día, el que recogió mis monedas. ¿Aún las conservas?”

-“Pues si…Estaba pensando en dártelas, ya no las quiero”- Le dijo.
-“Okey, dámelas”. - Le dijo ella.
El joven se las pasó y la chica las recibió.
La chica le dijo que se veían extrañas y “se las devolvió al joven en la mano”.
Este hecho cambiaría la suerte de ambos.
Esta vez nadie las lanzó y nadie las recogió, por lo tanto ella solo cedía las monedas (al ser ella la dueña original) y la suerte de ambos regresaría correspondientemente.
Una gran sonrisa y al unísono se marcó en sus rostros, se despidieron con mucha alegría y cada uno regresó camino a sus hogares.
En ese transcurso ella se encontró un anillo de oro. Estaba muy feliz y él se encontró una billetera solo con dinero.
Llegaron a sus casas y pensaron: “No quiero volver a pasar por lo mismo”.
Al otro día regresaron al lugar donde lo encontraron.
De lejos se vieron, se saludaron y en un abrir y cerrar de ojos dos personas les agradecieron por haber encontrado sus pertenencias diciéndoles que una bonita pareja armarían.


(Historia escrita, editada y publicada por seba-ediciones 2007)

Él y sólo él

...Y volvió a dejarlo donde mismo...¿cuál es el afan?
Déjelo ahí. Me enojaré si sigue. No me rasguñe. ¡perdón!, solo fue un exabrupto.
Que frío tengo. No me gusta estar solo. ¿Qué dijo?, ¿no siga bueno?. Ya, me iré y cuando vuelva quiero que lo deje ahí. ¿Qué estoy haciendo?.Perdón fue un exabrupto. ¿hola?

(Cuento escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2007)

jueves, 19 de julio de 2007

La sombra

Se obsesionó porque nadie la mirara a los ojos, eso, sin contar de que era muy difícil hablar con ella, nadie tenía su número telefónico ni sabía su dirección. Con el tiempo pasó a ser una compañera más. Pasaba inadvertida estando o no en clases.
Un día ella faltó mucho. La fui a visitar. Una anciana me abrió la puerta.
-"¿Qué desea?"-Me dijo
-"Se encuentra Ángela?- Le dije.
Y ella me dijo -"Con ella... ¿Puedo ayudarlo joven?"

(Historia escrita, editada y publicada por seba-ediciones 2007)

Instrucción

Corre, sigue corriendo, toma agua, corre, dobla, continúa, respira bien, cuidado.¡Detente!, ¡bien, ganaste. Ahora la foto, recibe la medalla, los regalos, da un par de declaraciones y apúrate que sigue la otra carrera. No descanses hombre...

(Cuento escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2007)

Cambio de idea

Supongo que su cerebro estaba atrofiado, no entendía lo que trataba de explicarle, solo quería pan. Todo el rato pan.
Su madre le dio pan.
Había cambiado de idea. Ahora quería jugo.

-“¿Más jugo?”, le dijo

-“No gracias… ¿Y el pan?”

(Cuento escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2007)

El anuncio

Su casa es enorme, tiene el mejor auto del condominio, tiene 5 empleadas, tiene un plasma en el baño y ya puede conducir, su nombre es Emilio.

Nunca en mi vida había visto a un sujeto tan desagradable y que viviera de esa manera.
Podía derramársele jugo en el pecho, podía caérsele la comida y podía tener moscas en su dormitorio y no se inmutaba, pero igual era mi amigo.
Un día caminábamos en dirección a nuestro colegio, vimos un cartel en la muralla de una casa que decía: “Se ofrece fama por dinero, llame al número que aparece a un costado y contáctese con uno de nuestros ejecutivos”
La promoción era graciosa, pues Emilio atinó a escribir todos los datos para llamar más tarde; su único interés era conseguir fama a como de lugar, que después de todo era lo único que no tenía.

Yo le dije:- “Emilio, debes tener cuidado con estos anuncios, no sabes quien los hace y de que se trata”.
–“No te preocupes, para eso llamaré esta tarde”- me dijo.

Pasaron 3 semanas y llegó al colegio con una importante noticia que quería contarme pero con la condición de que no me burlara ni lo juzgara. Pues accedí.

Emilio comenzó su relato:
Lo que sucede es que… ¿Recuerdas ese anuncio que prometía fama a cambio de dinero, aquel cartel que estaba en la muralla de una casa?

-“Sí, lo recuerdo. ¿Qué pasa con eso?- Le dije

-“Sucede que esa tarde después de llamarles, llegué a una de sus oficinas, me recibió una anciana de mala apariencia y feo olor. Me hizo pasar a una sala que solo tenía una silla la cual estaba a un lado de una gran maceta.
De repente entró un hombre vestido de negro, tenía una gran barba de color rojo, me saludó y me preguntó si venía para conseguir fama o si andaba en busca de otro servicio. Yo le respondí que si, que me inten´ción era la de poder obtener fama.
En un acto muy rápido registró mi bolso, abrió mi billetera, sacó mi chequera, mis tarjetas y con la anciana arrancaron por la puerta principal.
Yo me sentí muy mal, no sabía que explicación les daría a mis padres, sin embargo, me sentía aliviado de que no me hubiese pasado nada peor.

Salí con miedo arrancando de esa vieja y sucia casa. La puerta estaba cerrada, seguí corriendo por las escaleras para ver si había una ventana en el segundo piso por la cual podría escapar. De pronto fuego empezó a salir de las murallas y veo que al final de un oscuro pasillo había una larga escalera. Mis manos ya estaban quemadas. Seguí corriendo y salté por aquella ventana, mis dos piernas se quebraron, y perdí todo el dinero que traía en mis bolsillos. Cuando caí me pegué en la cabeza y de ahí no me acuerdo hasta que al otro día amanecí y corrí nuevamente en dirección a un kiosco cercano para pedir ayuda. El hombre que atendía me dijo en voz alta:- “¡Pero hombre!...usted es el del periódico, que mala suerte”. En ese momento mucha gente comenzó a acercarse hacia el kiosco, solo para verme. Yo aún no entendía el por qué de todo y le exigí una explicación al señor que atendía. Y él con mucha prestancia me dijo: “Pero joven, vea este titular”.
El titular del periódico decía: “EL JOVEN QUE DESAFIÓ A LA MUERTE”

Todos en un acto muy poco ubicado, me pidieron un autógrafo. Yo no supe que hacer, tomé el primer taxi que pasó. El conductor me dijo: “¿Hasta dónde lo llevo don Emilio?”

-“¿Cómo sabe mi nombre?”- Le pregunté

-“Pues es portada de todos los periódicos” respondió

Y Pensé…Yo pagué por esto, conseguí lo que quería, obtuve cuanta fama pude pensar.

Estas 3 semanas estuve reposando en mi casa, mis manos ya están bien, solo estoy esperando que mis piernas mejoren”

-“Es decir, todo esto te pasó ¡por querer conseguir fama!, por lo menos te servirá de lección Joven que desafió a la muerte , ahora lo tienes todo ¿contento?”...-Le dije.

(Historia escrita, editada y publicada por seba-ediciones 2007)

viernes, 6 de julio de 2007

Poema segundo

No somos los mejores
por ser los más antiguos
Somos los más antiguos
por habernos conservado
siempre como los mejores



(Escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2002)