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domingo, 6 de abril de 2008

Un mes de sueño

¿Ya es Abril? No me digan que me quedé dormido otro mes más.

No puede ser, tenía que irme de vacaciones. Está bien, les cuento. Salí de mi casa, desesperado buscando los pasajes; recorrí todo el jardín buscándolos y no los encontré. Recuerdo haberlos dejado cerca de la cocina o detrás del bar.

Está sonando el teléfono ¿Quién será?

- ¿Aló?, mire, lo estamos llamando de “súper-electricidad”, por el pago de 2 meses de atraso. Debe venir a cancelar la deuda a más tardar mañana.- Me explicaba un operador.

Yo no sé, pero desde que tengo uso de razón que me quedo dormido por harto tiempo, entonces, luego no sé cuál es la realidad y cuál no. A veces me confundo y las mezclo. Ya concluirán que mi vida es casi un sueño, pero cuando despierto no se vuelve tan sueño.

Quedamos en que perdí los pasajes. Así es, logré encontrar la maleta, pero los pasajes no estaban ahí. Mientras revisaba mis zapatos me senté en el sofá, en aquel sofá y no lo pude contener. Mi sueño era mayor; pues me quedé dormido en un instante.

Soñé que viajé a un hotel ubicado en medio de una isla. Ahí conocí amistades y a un rey selvático quien me entregaba una maleta llena de dólares. Me decía: “Hijo mío, has sido una muy buena persona y este dinero te servirá para ser una persona más buena”. Era un poco absurdo el sueño pero lo disfruté.

Lo malo de quedarse dormido tanto tiempo es que luego hay que arreglar el mes anterior y arreglar los dos posteriores, porque en cualquier minuto me vuelvo a quedar dormido. No se imaginen que sufro de algún mal físico ni mucho menos, solo es que me canso mucho, sobre todo después de haber estado toda una tarde buscando pasajes, porque estoy seguro de que los compré.

Pero les cuento esta historia con un poco de sueño, de sueño, de sue…

Oh! Es este imprudente teléfono otra vez. –“¿Sí?, ¿Quién es? ¿Lo jura?- Preguntaba yo, mientras al otro lado de la línea me decían: “Estimado señor, hemos estado tratando de ubicarlo desde hace casi un mes. Tenemos el pago hecho, solo necesitamos que venga a retirar los pasajes”



(Cuento escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2008)