Se fue de casa, ¿Ya no hay nada más que hacer?
¿Nadie le dirá algo? ¿Nadie lo detendrá?
Así fue. Nadie lo hizo. Todos lo olvidaron. En su momento todos opinaron.
¿Quién era yo para entrometerme?
Simple, cuando no existe voz, tampoco hay voto.
Y nadie supo de él nunca más. Nunca más se tocó el tema,
-Esto jamás pasó -dijo mi abuela. Y así, pasó el tiempo. Aquel sentimiento ha sido la peor frustración que me ha tocado vivir.
Y si hubiese opinado…quizás no estaría aquí pensando...
(Cuento escrito, editado y publicado por seba-ediciones 2007)
lunes, 13 de agosto de 2007
Debí haber hablado
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