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viernes, 18 de mayo de 2007

@moRobot

Érase una vez un robot, nanorobot que vivía solamente con su madre y su hermana, la madre era una lavadora y la hermana una especie de secador de pelo, solo que un poco más pequeño y con otra forma.

El nanorobot comía solo chips de calidad, es decir, no podía comer solo carburadores, motores o llantas de algún viejo chevrolet.

Un día se encontró con una preciosa plancha a vapor, último modelo, azul con luces verdes, pues le pregunta que cuántas veces le tocaba planchar a la semana, ella amablemente le responde que 5 ó 6 aproximadamente, que dependía del ánimo de la persona que la usaba.

El nanorobot se enamora de esa hermosa plancha y ella de él, pues deciden electrocutarse para poder procrear y así saber que clase de tecnología engendrarían ya que nunca se había visto electrocutarse a una plancha con un robot.

Después de aproximadamente 18 ó 19 planchados, la preciosa plancha da a vapor a su hija, era un control remoto, hermoso; universal, 38 botones, 2 pilas, azul clarito y muy cómodo.

Ya con un hijo, deciden casarse para poder formalizar la relación y comprometerse para toda la vida.

Pues bien, se casaron y la madrina del matrimonio sería la lavadora, madre del Nanorobot.

Estaba tan contenta de ser suegra de una plancha que así se organizaron para vivir felices…Ella lavaba toda la ropa, el secador pues la secaba, y la plancha la planchaba mientras que el nanorobot guardaba.


(Cuento editado por seba-ediciones 2003)

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